domingo, 2 de junio de 2019

Edgar Allan Poe, juez y parte

Edgar Allan Poe (1809-1849)

Ríos de tinta han corrido sobre la vida y obra de este genial autor. Por lo que estas humildes palabras no pretenden más que hacer una ligera precisión. Amén de los datos generales, como que se rumora que murió víctima de su dipsomanía a los 40 años de edad, que padecía delirium tremens por su vicio al alcohol y adicción a otras drogas. Sin embargo, además de ser considerado el padre del relato policial y del misterio, así como el renovador del cuento gótico, como escritor de cuentos, poemas, realizó una importante labor en la escritura de reseñas de crítica literaria en varios periódicos y revistas de Estados Unidos.
Hijo de actores itinerantes, huérfano a corta edad, Edgar Allan Poe nació en Boston, Estados Unidos, el 19 de enero de 1809. Fue bautizado bajo el nombre de Edgar Poe, pero a la muerte de sus padres fue adoptado por Frances y John Allan, una pareja acaudalada de Richmond, Virginia, que le dieron una esmerada educación. Pero el joven Edgar tenía un espíritu inquieto y rebelde. Pronto dimitió de la escuela militar y se entregó al vicio y al juego.
Falsificó el acta de nacimiento de su prima de 13 años Virginia Clemm para casarse con ella cuando él tenía 26.

Es considerado dentro de la historia de la literatura como un romántico, y generalmente reconocido como uno de los maestros del relato corto. Dejó a sus contemporáneos y a la posteridad una obra literaria compuesta de la mejor poesía y narrativa que se conoce con una brillantez propia del genio auténtico y sin parangones.

Mucho se ha dicho de su obra, principalmente de su narrativa y poesía. Sin embargo, poco, de hecho, de su faceta como periodista y crítico literario. A 210 años del nacimiento de Poe, me gustaría acercarme, como humilde homenaje y reconocimiento, a su papel de crítico literario que ejerció en varios periódicos.

En el libro Edgar Allan Poe. Crítica literaria. Vol. 1 se recogen los trabajos de lecturas realizadas por el maestro entre 1835 y 1840. Gracias a la traducción al español que corrió a cargo de Julio A. Sierra en la editorial argentina Claridad, podemos conocer sus opiniones, perspectivas y experiencias estéticas de los libros que leyó y posteriormente valoró en varios periódicos y revistas, como el Graham's Magazine, el Brodway Journal, el Southern Literary Messenger, Alexander's Weekly Messenger, Burton's Gentleman Magazine, entre otras publicaciones.

Como crítico literario Edgar Allan Poe fue mordaz, agudo, puntilloso, con un humor ácido que si acaso hubiera nacido en esta época probablemente se pegaría un tiro por ver el descuido de la inmediatez de las publicaciones en redes sociales. Y no es que yo sea un purista del lenguaje, sino por que él era un tipo muy exigente en este papel. No era casual, pues, que como escritor fuera un tipo destacado.

El oficio de escritor, quizás, no pudo haberse cristalizado de mejor forma si él no hubiera sido un asiduo lector ni, por supuesto, un crítico perspicaz, con el talento innato para valorar e interpretar de una manera rigurosa todo lo que caía en sus manos para leer, fuera esto bueno o malo. Algunos piensan que en la vida no se puede ser juez y parte. Pero, en asuntos de obras literarias, Edgar Allan Poe es y será siempre un caso excepcional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario